Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Con una maestría y sofisticación técnica, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas magistrales en https://adriananhxu950932.jaiblogs.com/65501963/lo-que-dijo-zidane-sobre-el-cabezazo-a-materazzi